Hermana blanca, humecta y suaviza mis labios secos con tu delicada saliva llena de esperanza y luminosidad, que recorra cada grieta sangrante y me devuelvas la energía para seguir adelante en el encuentro con la profecía.
Es tan placentero, como un viaje a los sueños o a la muerte...
-Falco-
No hay comentarios:
Publicar un comentario